Este post pertenece a la categoría “La Comunidad de CREANDO al habla”. En esta categoría respondo mediante un post a las preguntas que me envían mis suscriptoras y suscriptores.
Te sigo hace un tiempo y comparto en redes los consejos que más interesantes me parecen. Creo que muestras una visión muy real de la escritura, y eso me gusta. Eres una mujer normal, con su familia, y los mismos problemas que nos encontramos a diario quienes estamos enamorados de la escritura pero no podemos dedicarnos a ella en cuerpo y alma.
Te felicito por encontrar tu hueco en la blogosfera y por hacerlo tan bien.
Me encantaría saber los entresijos de la creación de una novela. Me explico. Tú como autora, ¿cómo te organizas para estructurar la novela?¿Creas la historia primero?¿Los personajes?¿Depende del género que escribas?
Izaskun, Navarra
Mil gracias Izaskun. Todo un honor.
Vamos a tu pregunta.
La verdad es que yo no me organizo mucho a la hora de escribir una novela. Al menos no lo hice para escribir mi primera novela y no lo he hecho cuando he seguido escribiendo después.
En el caso de mi primera novela tenía una idea aproximada en la cabeza de lo que quería contar y empecé describiendo una escena con un personaje que se me aparecía una y otra vez.
Era de una de las protagonistas, Evamar, que estaba en la playa, cogía un puñado de arena y se quedaba mirando como la arena al caer dejaba una huella en su mano.
Empecé describiendo esa escena y a mi personaje del modo más preciso que pude. Me tomé el tiempo para hacerlo.
Ese mismo personaje me fue llevando a la siguiente escena, y a la siguiente y la siguiente.
Utilizo la técnica del surf que les explico a mis estudiantes de VIAJÁNDOME y que yo misma inventé con lo que aprendí del surf en Brasil : pillo la ola cuando viene y luego me dejo llevar. Vuelta al agua y a esperar la siguiente ola.
Escribo todo mi primer borrador de este modo: dejándome llevar.
Lo llamo la versión cero de mi manuscrito.
Si se lo enseñara a alguien, le parecería un verdadero churro. Por eso esta versión es solo para mí.
Una vez he terminado mi primer borrador, me subo a un helicóptero y desde arriba intento ver el trazo que he dejado con mi tabla de surf en el mar mientras pillaba las olas y me dejaba llevar.
Es entonces cuando descubro la historia que realmente quería contar. Después de haberla escrito.
Extraño, ¿verdad?
En mi caso, es esto lo que mejor me funciona.
Primero me dejo llevar por lo que me cuentan los personajes, por las asociaciones, por lo que ya hay dentro de mi a nivel inconsciente.
Lo dejo ir saliendo poco a poco.
Sé que si me quedo siempre al lado de mi personaje, y me doy tiempo para conocerlo, el personaje mismo me irá enviando nuevas olas que podré volver a pillar.
Y cuando a vista de pájaro descubro la historia que se esconde entre esas páginas y los trazos que veo dibujados en el agua, es cuando diseño una estructura y empiezo la segunda versión de mi manuscrito. En realidad la Versión 1.
Ahora ya sé mejor lo que quiero contar y con qué estructura hacerlo.
Sin embargo, aún sigo abierta a todo lo que me vaya llegando aunque no encaje con la estructura que me haya planteado.
Al principio yo creía, inocente de mí, que todo el mundo trabajaba así.
Hasta que una vez fui a la casa del escritor holandés, Clark Accord, del cual estaba traduciendo una otra de teatro, «La Reina de Paramaribo», para el Festival de Santiago de Cuba.
Necesitaba preguntarle algunas dudas sobre la obra y terminamos hablando de su tercera novela que ya estaba escribiendo.
De repente, me enseño una sinopsis superdetallada de todo lo que iba a escribir en su novela. Tenía todos los capítulos desglosados.
Aún no había empezado a escribir y ya sabía perfectamente cómo iba a empezar cada capítulo y cómo iba a terminar.
Me quedé alucinada.
Me dijo que ahora simplemente tenía que seguir su esquema y empezar a describir en cada capítulo lo que ya tenía en la sinopsis detallada.
Poco después hice un Master de Escritura de Guiones en la Universidad de Barcelona y aprendí que cuando escribes un largometraje también lo planificas todo desde el principio.
Y lo más fuerte de todo es que en el proyecto final del curso, yo también lo llegué a hacer junto con 2 compañeros: escribí todo un largometraje a partir de una sinopsis minuciosamente detallada. Un sinopsis en la que aparecía un principio y un final. Es decir, antes de empezar a escribir ese guión, ya sabíamos exactamente todo lo que iba a pasar y en qué momento.
Así que si lo hice en esa ocasión, supongo que también soy capaz de volver a hacerlo.
Pero, ¿sabes qué pasa? Quizás es una manía mía, pero para mí ese sistema de planificarlo todo de antemano, deja poco espacio para la magia que surge mientras estoy CREANDO, y a estas alturas ya me conoces. Eso es algo de lo que yo soy muy fan. Para mí es ahí donde está el alma de la novela, y si lo hago del modo planificado a menudo no lo descubro.
Puede que yo me termine haciendo un esquema planificado antes de empezar la segunda versión, pero la primera versión para mí es la de dejarse llevar.
Ahora, que yo lo haga así, no quiere decir que esto sea mejor o peor. Simplemente a cada persona le funciona mejor una cosa.
Esto lo he visto claramente en los cursos de escritura creativa que imparto en el Instituto Cervantes de Utrecht.
Entre mis alumnos, hay gente como yo, más orgánica, diríamos. Pero también hay mucha gente planificadora. Para estas personas, esto del surf, la deriva y versión cero del manuscrito, no les sirve de mucho.
Así que cuando tratamos la novela, hago lo siguiente, que es lo que te recomiendo a ti para saber qué sistema te viene mejor.
1. Primero les animo a todos a verse a sí mismos como creadores planificadores.
Entonces, diseñan un esqueleto de su novela.
Yo utilizo el dibujo de un esqueleto en mis clases, pero hay miles de posts en internet, donde puedes encontrar muchas teorías sobre cómo estructurar una novela, que seguro te servirán.
En mi caso, en el cerebro se esconde la pregunta del millón: cuál es el conflicto o aquello que hace que el lector quiera seguir leyendo.
Las vértebras de la columna son los diferentes capítulos y la sangre es la fuerza que mueve la novela hacia delante. Por nombrarte algunos ejemplos.
En teoría, si tienes el esqueleto, ya tienes toda la estructura de tu novela, y sólo tienes que empezar a desarrollarla.
2. Segundo, les digo que guarden ¨el esqueleto” de su novela en un cajón, y ahora se imaginen que son creadores orgánicos.
Entonces cerramos todos los ojos y escogen la primera escena con un personaje que le viene a la cabeza.
La escriben con la técnica de escritura libre que describo en mi guía de PONTE LAS PILAS y a partir de ahí deben traer unas seis páginas escritas a la próxima clase.
Una vez hechos estos dos ejercicios, mis alumnos ya saben qué camino prefieren escoger para escribir su novela y, sobre todo, qué camino se les da mejor.
Pero lo mejor de todo es que ahora ya han perdido el miedo al otro camino.
Mucha gente dice «yo trabajo de modo intuitivo» como yo decía antes, pero está bien saber que también eres capaz de hacerte una sinopsis si se presenta el caso.
Y lo mismo para los planificadores. Está bien saber que puedes dejar tu barca a la deriva y ver a dónde te lleva. Que por eso no te vas a bloquear ni quedar frente a una hoja en blanco.
Lo que he descubierto al final es que todos trabajamos de un modo híbrido y que cada idea se te aparece ya con su propio carácter que tiende más hacia una dirección.
Puede que una idea se te presente tan clara que te puedas contar a ti misma la historia con un final y todo.
O puede que una idea se te presente tan solo como una escena que sabes que guarda el potencial de una novela pero que tienes que emborronar cientos de hojas antes de descubrir cuál es la historia completa.
Así que te recomiendo que cuando tengas una idea, intentes probar estos dos métodos:
-El de dejarte llevar
-El de partir de una estructura.
Después, ponte a escribir siguiendo el camino en el que mejor te sientas y no pares hasta tener tu primera versión.
Luego ya tendrás tiempo de ajustar, reescribir y cambiar cosas.
Pero ahora lo más importante es poner todas esas palabras sobre el papel, que es lo que más cuesta.
Vencer los miedos, la resistencia y tener el coraje para escribir esa primera versión día tras día, aún cuando una vocecita dentro te diga que es una mierda.
Tú adelante. Oídos sordos.
Espero que te sirva.
Y tú, ¿has probado alguno de estos dos modos de escribir una novela?
¿Qué camino crees que se te da mejor?
Me lo cuentas aquí abajo en los comentarios, ¿vale?
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Hola Kristina. Un gran post. A mí me pasó como a ti, yo escribo dejándome llevar, y organizando después. Cuando descubrí que la mayoría de la gente lo hacía de la otra manera, pensé que mi método estaba equivocado y traté de adaptarme al otro. Craso error. Ahora he vuelto a lo que soy, y he vuelto a encontrar esa magia que perdía.
Qué alivio saber que no soy la única que ha pasado por ese proceso.
Muchas gracias por tu ayuda a todos los que nos hemos metido en este berenjenal de la escritura.
Un abrazo
Sí Arantxa, de un modo u otro, no sé por qué, se da mucho bombo y platillo a lo de las estructuras dramáticas que desde el principio debes tener planificadas, pero está más que probado que esto no funciona con todo el mundo, y puede resultar frustante creer que ése es el modo en el que debería ser.
Así que me alegro de que esto te sirva.
Todas estamos creciendo, cada día un poco más.
Seguro que pasaremos por diferentes fases, pero los dos estilos están bien, eso te lo aseguro!
Fuerte abrazo,
Kristina
¡Hola Kristina!
Me ha gustado mucho tu forma de escribir novelas, me pasa un poco lo mismo, bueno yo todavía estoy en el proceso de mi primera novela 🙂 , pero me siento identificada con lo que cuentas.
Yo creo que funciono de ambas maneras me gusta tener un esquema pero no empiezo por ahí porque me siento limitada, jeje. Me siento más cómoda y creo que se me da mejor la orgánica, le dejo mucho espacio a esa parte mágica y es la que más aplico porque es la que más disfruto. Pero sin duda me quedaría con una mezcla de ambas aunque en porcentajes distintos 😉
Y que genial y original tu metodología del «esqueleto».
¡Muchas gracias a Izaskun por su pregunta y a ti por darle respuesta! 🙂
¡Abrazo!
Como dices Bego, al final cada persona es diferente y además se puede ir cambiando con el tiempo, lo importante es que tú estás contenta con el modo en el que tú lo haces y que a ti te sirve. A veces vemos de todo en internet y nos hace pensar que quizás deberíamos seguir esta o aquella metodología, pero yo pienso que mejor escuchar a la historia que llevamos dentro, que nuestro personaje ya nos irá guiando.
¡Mucha suerte con esa primera novela!
Fuerte abrazo,
Kristina
Recuerdo cuando hice tu curso de escritura, la idea de “surfear” mis textos me pareció aterrradora! jajajajaja. Acostumbrada a escribir con propósitos claros para mi ese métodono me llevaría a ni una parte. Un año después, y por casualidad, me vi escribiendo de esa manera, sin saber exactamente a donde quería llegar, pero con una escena y un personaje claros. Así es que me puse a seguirle la onda al texto y la sensación es hermosa! Es como que que en cada movimiento del lápiz fueran apareciendo nuevas ideas. No sé a donde me lleve el texto, pero en realidad da lo mismo, porque vivir la experiencia de estar creando ya es suficiente 🙂 Ahora entiendo Kris a que te referías!
Me alegro tanto Cristina de que lo hayas vivido ahora en primera persona!
Eso es, la experiencia de estar creando ya es suficiente!
Todas a bordo y a flotar a la deriva!!!!
Kristina