No hay nada más frustrante que saber que quieres hacer algo de todo corazón y descubrir que el tiempo pasa y no lo estás haciendo.
Querer escribir es un deseo que a algunas personas les pica más que a otras.
Puede que seas de las que dice año tras año en la cena de Navidad: “sí, a mí me gustaría escribir” , y que a la Navidad siguiente lo vuelves a repetir, pero a la vez te sientes en paz aunque no has dado ni un paso en esa dirección.
Simplemente es un deseo que está ahí, un sueño utópico, una imagen romántica de ti con tus cuadernos. Una imagen que te agrada tener de vez en cuando, pero no un deseo ferviente. Sientes que podría ser divertido explorar esa faceta, pero si te mueres sin hacerlo, no pasa nada. Ya lo harás en la próxima vida.
Si tú eres esa persona no necesitas seguir leyendo.
Ahora, si eres de las que te molesta constatar que un año más no has dado ni un paso en la dirección de tu deseo de escribir, entonces sigue leyendo.
Te voy a explicar por qué el tiempo está pasando y lo único que has hecho hasta el momento es acumular cuadernos bonitos y bolígrafos de excelente calidad.
No vamos a entrar en el tema de la falta de tiempo, porque hoy en día no hay nadie en este mundo al que no le falte tiempo.
Además, incluso si te sobrara tiempo, podrías seguir sin escribir debido a alguna de estas 3 razones.
Así que vamos allá.
1. Miedo
Así la palabra suelta puede que no te diga nada, pero te puedo asegurar que existe algún miedo dentro de ti que te está impidiendo dar el paso de escribir.
Aventurarte en algo que hasta el momento sólo a existido en tu cabeza como un deseo abstracto, impone, porque no tienes ni idea de cómo te va a salir, y temes que te pueda decepcionar.
Si quieres que te diga la verdad, al principio claro que te va a decepcionar.
Ten por seguro que no vas a empezar escribiendo como tu autor o autora favorit@. Eso ya te lo puedes ir quitando de la cabeza.
El miedo a probarlo y que te salga un churro, o no como tú te imaginabas que te iba a salir, te está impidiendo que escribas las primeras letras.
Sólo quiero que sepas que todo el mundo empezó así. Nadie se ha puesto a escribir por primera vez y le ha quedado todo perfecto y muy mono como un libro de Isabel Allende.
Salvo excepciones, todo el mundo ha empezado escribiendo como un churro. Pero ¿sabes cuál es la diferencia entre esas personas y tú?
Pues que ellas un día empezaron y tú de momento no lo estás haciendo.
2. Listón alto
La mayoría de la gente dice que quiere escribir porque tiene un libro en la cabeza.
Está muy bien que ya tengas una idea clara de lo que quieres hacer incluso antes de empezar, porque eso te va a ayudar. Pero el problema está en la palabra “libro”.
Un libro es un maratón. Y echarte a correr más de 42 kilómetros sin haberte preparado antes poco a poco, es como ir corriendo a toda velocidad hacia los brazos de la desesperación. No te digo que no haya gente que pueda hacerlo, pero el resto de los humanos necesitamos prepararnos.
Y si no te has entrenado en escribir primero textos más cortos y has ejercitado tu músculo de la resistencia y el aguante, lo más probable es que te rindas después de las 20 primeras páginas.
Pero eso no es lo peor. Lo peor es que ni siquiera empieces porque ¿a quién no le imponen 42 kilómetros? Pues lo mismo pasa con las 50.000 palabras de una novela.
Tienes en tu cabeza la imagen de la portada del “libro”, el color que llevan las letras de tu nombre e incluso el título, pero sólo de pensar empezar tamaña tarea te bloquea hasta la médula.
Y, ¿a quién no?
Pues sólo a alguien que lleve ya un tiempo ejercitándose en escribir textos cortos.
Como decía Mikel Santiago en esta entrevista con CREANDO: “Sé humilde, si no eres capaz de escribir algo pequeño, no escribas algo grande”.
3. Motivación equivocada
A menudo recibo emails de gente que me ha encontrado por casualidad pero no se han leído mi página inicial. Me comentan que quieren publicar un libro e iniciarse profesionalmente como escritores, me preguntan qué hay que hacer para conseguirlo.
Cuando les pregunto que en qué fase se encuentran en la escritura de su libro, muchos me confiesan que ni siquiera han empezado.
Quieren tener un libro escrito, léase, el reconocimiento, pero eso de lo que yo hablo en CREANDO de proceso creativo, les suena a chino.
El reconocimiento es maravilloso, y creo que es muy humano quererlo y desearlo. Al fin y al cabo todo buen trabajo se merece su reconocimiento.
Yo también lo quiero y me muestro agradecida cuando lo recibo. Es una gozada.
Pero personalmente, creo que tener como tu principal motivación para escribir “el deseo de reconocimiento” no te va a servir de mucho. Bueno, igual te puede funcionar para el sprint del primer libro, pero a la larga no es sostenible como estimulante.
Si escribes únicamente porque quieres ser aceptada, reconocida, alabada, hazlo de cualquier modo, pero no te pilles con el resultado, porque puede que consigas el reconocimiento y puede que no. Y entonces el golpe va a ser fuerte.
Yo abogo más por escribir desde el amor por tu escritura, desde el amor por tu práctica y por lo que ocurre dentro de ti mientras estás escribiendo.
Y sobre todo desde el porqué quieres contar esa historia en particular.
Busca la verdad dentro de ti y sácala para fuera. Independientemente de la respuesta que obtengas en el mundo exterior, tú ya habrás tenido la satisfacción del trabajo bien hecho.
Si reconoces que podrías no estar escribiendo por una de estas 3 razones, hay 5 hábitos prácticas y simples que puedes implementar para salir de ese estado mental de “deseo de escribir pero nunca empiezo”.
Y te aviso, de tan simples que te parecen, te va a dar pereza probarlas. Seguro que te esperabas algo mucho más técnico y complicado.
Pues no.
Te voy a dar 5 soluciones breves, prácticas y sencillas. Aquellas suscriptoras de CREANDO que las han probado, han terminado escribiendo. Así que si las pruebas, te puedo asegurar que de aquí a 30 días ya estarás escribiendo textos que te sorprenderán a ti misma.
Pero lo mejor de todo es que te sentirás por fin más feliz y relajada. Al menos eso es lo que pone en todos los mails que recibo a diario de suscriptoras que se han “puesto las pilas” con el método que les propongo en mis mails de CREANDO.
Estos son los 5 hábitos para dejar de ser una persona que desea escribir y convertirte en una escritora que escribe.
1. Da un paso todos los días
Cuando de verdad quieres algo, tienes que estar en contacto con ese algo a diario.
¿Conoces a alguien que esté aprendiendo a tocar un instrumento? Fíjate cómo lo está haciendo. Seguro que practica todos los días aunque sea un poco.
Mi hija está aprendiendo a tocar el piano y todas las noches antes de limpiarse los dientes, toca un poco, aunque sea una canción, aunque sólo sea un ejercicio, pero ya ha integrado ese hábito igual que el de limpiarse los dientes, porque sabe que si pasan unos días sin practicar, luego se le olvida lo que sabía y eso le da mucha rabia.
Mira por ejemplo a un bebé que está aprendiendo a andar. No empieza a dar sus primeros pasitos un día y luego está 10 días sin intentarlo. No, te fijarás que una vez que ha dado un paso, todos los días se pone a practicarlo aunque sea un poquito. En él ocurre de forma natural.
Pues con la escritura lo mismo.
Si estás empezando, no te engañes con eso de que algún fin de semana ya le dedicarás tiempo, no.
Empieza hoy con este poquito como te explico en mi manual PONTE LAS PILAS. Como sólo es un poquito lo que te propones no te dará tanta pereza empezar.
2. Que ese paso sea al comienzo de tu día
¿ Te ha pasado alguna vez que tenías pensado ir al gimnasio y lo has ido postponiendo hasta que al final ya era demasiado tarde para ir?
Primero contesto a este mail, luego tengo que hacer esa llamada, me toca terminar ese encargo, me falta almorzar…hasta que al final te dices…”mejor hago mañana lo del gimnasio”. Y eso no es porque no quieras ponerte en forma. Claro que quieres. Es porque te da pereza ese primer paso.
Si no quieres caer en la trampa de la procrastinación, da ese primer paso de escribir un poco a primera hora del día…nada más levantarte, mientras desayunas, mientras vas al trabajo.
Así ya estará hecho y te sentirás como una triunfadora.
Claro que estará ahí el feed del Facebook e Instagram tentándote para que le dediques esos primeros minutos mañaneros.
Pero eso siempre lo podrás hacer después como recompensa tras tu rato de práctica.
3. Vigila las palabras que te dices antes de empezar
Vale, ya has dado el paso, tienes papel y boli en la mano y estás sentada dispuesta a escribir tus primeras palabras, pero el feed del facebook, los mails, el móvil siguen ahí tentándote.
Entonces es cuando te tienes que decir a ti misma, a tu mente:
“Me encanta escribir. Amo estar escribiendo. En estos momentos elijo estar escribiendo. No hay ningún otro lugar donde prefiera estar pasando estos minutos, más que aquí y ahora, escribiendo”.
Esto te lo tienes que repetir como un mantra una y otra vez, hasta que agarras el boli y lo apuntas hacia el papel.
4. Déjate llevar
Existen miles de teorías sobre la técnica de crear un buen relato, un buen libro, una buena historia que podrás explorar más tarde…pero a ti, ahora, en estos pocos minutos que le vas a dedicar a tu escritura en tu día a día, lo único que te interesa es practicar.
Y te lo digo por experiencia mía y de mis suscriptoras: practicar dejándote llevar es el mejor modo de practicar a diario.
Es la mejor forma de ponerle el termómetro a tu relación con tu escritura y descubrir el modo en el que las palabras a veces vienen a ti y otras veces corres tras ellas.
Y te juro que esto te va a servir para cualquier proyecto literario que te propongas hacer después.
Cuando lleves tiempo con esta práctica, notarás que estás lista para pasar a la siguiente nivel: escribir la historia que deseas contar.
Y como ya tienes el músculo ejercitado y ya sabes lo que es la constancia, tu historia te saldrá de corrido.
5. Date cumplidos
Al terminar tus minutos de práctica diaria, no olvides darte un par de cumplidos, felicítate por haber conseguido sentarte a escribir, haber hecho caso omiso a los diablillos digitales que te intentaban seducir desde tu móvil, haber conseguido poner tu primera letra sobre el papel y haberte dejado llevar durante varios minutos.
Eso es un logro. No todo el mundo lo consigue.
Y tú lo has vuelto a conseguir un día más.
Es importante que te alabes todos los días que lo consigas.
También sé dulce contigo misma cuando por cualquier razón no hayas conseguido tus minutillos de práctica. Sabes que al día siguiente lo volverás a intentar.
Claro que yo tampoco lo consigo al 100%. Hay periodos en los que las prioridades se desplazan e inevitablemente la práctica pasa a un segundo plano, pero tan pronto como puedo vuelvo a esa práctica diaria.
Si quieres que te diga la verdad, es esa constancia la que luego te va a permitir completar “tu libro” hasta el final.
Porque ahora ya estarás preparada para ¡cualquier tipo de maratón!
Ahora me estoy preguntando si tú en concreto sientes que algunas de estas 3 razones te bloquea a la hora de empezar a escribir. ¿Cuál de ellas?
¿Has probado ya a solucionarlo con alguno de los 5 hábitos que te acabo de dar?
¿Qué es lo que más resuena dentro de ti de todo esto que te acabo de contar?
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Muy buen articulo. Yo llevo escribiendo 5 años, con algunas cosas publicadas y me es útil, porque me estimula y organiza en mi mente lo que hacia por instinto.
Gracias
Pues a seguir así Ricardo!